Le permitieron el ingreso “provisorio” a las seis embarazadas demoradas en Ezeiza por “cuestiones humanitarias”. Así lo confirmaron a LA NACION fuentes judiciales. El nuevo escenario se dio luego de la audiencia por la presentación de un recurso de hábeas corpus que finalizó cerca de las tres de la tarde.
El juez federal Luis Armella sostuvo que, si bien no son las formas de ingresar en el país, no era apropiado deportarlas después de cuatro días cuando algunas ya estaban con contracciones. Entendió que por las cuestiones humanitarios por el embarazo pueden ingresar en Argentina y firmó una entrada provisoria.
Señaló, también, que Migraciones había hecho lo correcto al retener a las ciudadanas rusas por lo manifestado en la audiencia respecto a que existiría una red detrás de estas mujeres que explota la situación. Además, ordenó que se abriera una investigación por lo denunciado.
Según pudo saber LA NACION de fuentes al tanto del expediente, hay una investigación en curso donde se indaga si detrás de la llegada a la Argentina de ciudadanas rusas embarazadas hay una organización que lucra con la situación. El expediente está a cargo de la jueza federal María Servini y el Ministerio Público está representado por el fiscal Federico Delgado.
Los investigadores judiciales tienen la colaboración de detectives de la División Asuntos Migratorios de la Policía Federal Argentina (PFA). Por el momento no hay detenidos, sí hubo allanamientos, según informaron fuentes del caso.
Como ya hay un expediente en curso, es probable que la investigación que ordenó Armella termine anexada a la misma causa.
Dos de la mujeres ya salieron. Caminaron entre los periodistas y evitaron hacer declaraciones. Ni ellas ni sus familias quisieron conversar con la prensa que permaneció durante la jornada de hoy en Ezeiza. Ambas se reencontraron con sus maridos. La primera de ellas se tapó la panza. Minutos más tarde salió la segunda, que se abrazó con el hombre que la estaba esperando y ambos hicieron el gesto de no con su mano.
Aun restan cuatro más, entre ellas, las tres representadas por el abogado Christian Rubilar, que presentó el habeas corpus que se extendió a los demás casos. Rubilar agregó que Migraciones aún no le devolvió sus pasaportes.
En horas de la tarde, se creía que solo dejarían entrar a cuatro de las seis rusas. ”De las seis, cuatro presentaron un hábeas corpus”, habían precisado voceros oficiales de Migraciones. Y agregaron: “Entendemos que el juez va a admitir el ingreso aun entendiendo que no cumple con los requisitos pero teniendo en cuenta el estado de las ciudadanas rusas”. Finalmente, las seis consiguieron la entrada provisoria.
“La fiscal dijo que el criterio de detención era porque eran mujeres, embarazadas y sin hombres. Estableció que hay un acto de discriminación y de violencia de género. Solicitó que sean atendidas y su desembarco provisorio, el futuro se decidirá cuando estén en libertad”, detalló a LA NACION Rubilar.
Se trata de seis ciudadanas rusas que viajaron solas. Todas están cursando entre la semana 33 y 34 de embarazo. La primera de las mujeres demoradas aterrizó el miércoles a la mañana, esa noche se sumaron dos más, mientras que ayer por la noche llegaron las tres restantes. Todas dijeron que venían a hacer turismo, pero fueron retenidas por Migraciones por irregularidades en su documentación. Por ejemplo, según puntualizaron, no contaban con pasaje de vuelta, solo con una reserva. “Falsearon la categoría migratoria por eso se actuó según el protocolo”, dijeron las autoridades migratorias.
Una de las mujeres demoradas dijo que desconocía la “verdadera razón de su detención” y solo había escuchado especulaciones y rumores. “Es solo un malentendido”, aseguró en diálogo con TN.
Denunció, además, que las condiciones “son inhumanas”. El abogado también había hecho hincapié en este punto: según dijo, no puede tomar la medicación para retener al bebé por dos días mientras que otra ya estaba con contracciones y por comenzar el trabajo de parto.
Desde Migraciones evitaron contestar sobre este punto y remarcaron que las mujeres no están detenidas sino que se les llama “no admitidas” ya que no les permitieron el ingreso al país. “A partir de ese momento la aerolínea es la que está obligada a devolver a estas personas al punto de partida. Eventualmente la persona puede hacer una acción judicial”, señalaron. Es por eso que las mujeres se encuentran en “zona de tránsito” donde todavía no es territorio argentino.
Según precisó el abogado, que tampoco pudo ver a sus representadas, se encuentran en el sector de embarque de la terminal A. Según constató LA NACION en el lugar, la única forma de acceder sería comprando un pasaje de avión. Solo pueden tomar contacto quienes aterrizan o los empleados del aeropuerto. Luego de la audiencia de esta tarde tuvieron una revisión médica.
“Esto es inaceptable”, insistió Rubilar, abogado especializado en ciudadanías y casos complejos que, según dijo, entró en contacto con las mujeres rusas luego de que fueron demoradas. Con carteles que decían “Estar embarazada no es un crimen”, se sumaron al reclamo en Ezeiza un puñado de hombres y mujeres rusas. Aunque en su mayoría eran turistas, una de ellas asistió con sus bebé nacido en este país en brazos.
Cancillería señaló que no intervino en el conflicto ya que las deportaciones son tratadas por el ministerio del Interior. LA NACION intentó, sin éxito, comunicarse con la embajada rusa. Rubilar dijo que no intervinieron y opinó: “No tiene que involucrarse, nuestra Constitución las protege mejor que su propia ley”.
“La Constitución es para los que están adentro del país. Está claro que ellas a la Argentina no entraron, están en una zona neutral donde deberían esperar el primer avión que llegue con destino del aeropuerto del cual ellas provienen. No pueden estar incumpliendo una ley Argentina porque nunca ingresaron al territorio, uno ingresa una vez que sellan tu pasaporte. Cuando no hay visa, es el agente migratorio quien realiza el control y funcionario tiene la autoridad inapelable de rechazar por razones fundadas”, dijo a LA NACION un exfuncionario que se desempeñó años atrás en ese área.
La directora nacional de Migraciones, Florencia Carignano, reveló que desde el organismo que comanda notaron, desde agosto pasado, un fuerte aumento de ciudadanos de ese país que llegan a la Argentina. “Empezamos con entrevistas, al notar mucha cantidad de mujeres que venían a hacer la residencia porque tenían hijos argentinos”, indicó la funcionaria.
Y detalló: “En el último año llegaron a la Argentina aproximadamente 10.500 ciudadanos rusos, y en los últimos meses, 5819 mujeres embarazas, de las cuales 7000 ya no están en el país”.
“Anoche, solamente en el último vuelo de Ethiopian Airlines, entraron 33 ciudadanas rusas con embarazos de entre 32, 33 y 34 semanas”, agregó para graficar el fenómeno que se desató por la situación provocada por la guerra en Ucrania.
Según reveló un artículo que publicó el diario británico The Guardian, la Argentina se convirtió en uno de los destinos favoritos y registra un boom de birth tourism (turismo de maternidad). Además de huir de la guerra y del sistema de salud de su país, se ven atraídas por el ingreso sin visa. Los hijos nacidos en el país obtienen, además, la ciudadanía argentina, que les permite movilizarse por países que ahora están vedados por los ciudadanos rusos.
“El problema es que vienen a Argentina anotan a sus hijos como argentinos y se van. Nuestro pasaporte es muy seguro alrededor del mundo, permite la entrada 171 países sin visa”, advirtió Carignano.
Con la colaboración de Luján Berardi