La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) oficializó lo que hace dos semanas fuentes del Gobierno anticiparon a LA NACION: los beneficios para importar productos de primera necesidad se extenderán hasta fin de año.
Según la Resolución General 5527/2024, la AFIP reducirá la carga impositiva de bienes importados que forman parte de la canasta básica, tales como alimentos, artículos de higiene personal y medicamentos. De esta manera, suspendió el cobro de percepciones de Ganancias y del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Esto marca la continuidad de la anterior resolución dictada en marzo, que había establecido originalmente estos parámetros con el objetivo de generar mayor competencia en las góndolas argentinas y frenar aumentos de precios en el mercado local.
De hecho, en dicha normativa, publicada en marzo, el Gobierno escribió: “El contexto de alta inflación que atraviesa el país requiere de la implementación de diversas medidas que permitan mitigar sus efectos sobre los sectores más vulnerables”.
De esta manera, los productos importados parecen haberse ganado una segunda oportunidad, ya que no se los encuentran con facilidad en las góndolas de los principales supermercados. El caso más icónico fue el del pan brasileño Bauducco, cuyo precio, para el Gobierno, es “sustancialmente menor” que el pan de algunas cadenas con mucha presencia en el mercado local.
Según la Secretaría de Comercio, la medida “alentó la importación de productos de la canasta básica cuyos precios en el mercado local eran superiores que en el mercado internacional”.
En otras palabras, esto quiere decir que el Gobierno buscó que el precio que se paga por determinado producto en la Argentina baje y se iguale al que se abona en otras partes del mundo.
“La reducción de precios se da por la competencia entre productos nacionales e importados, y porque los bienes que solo se pueden importar, ahora tuvieron más importadores”, sostuvieron en esa dependencia.
En ese sentido, los datos relevados por el Indec muestran que en lo que va del año el ítem “Alimentos y bebidas no alcohólicas” es el tercero con la menor suba de precios, ya que acumuló 70,5% hasta junio y se ubicó por debajo del nivel general, que registró 79,8% en el primer semestre del año.
Cuando todavía no se terminó de realizar un estudio completo sobre el comportamiento de los precios y el impacto de los importados, LA NACION tuvo acceso a un documento preliminar de la Secretaría de Comercio con resultados hasta abril inclusive.
Según los números recopilados por dicha dependencia, esto habría tenido un efecto en la desaceleración de la suba de precios (o incluso algunas bajas), ya que entre febrero y abril algunas categorías que cuentan con productos comprendidos dentro de la medida tuvieron un aumento menor a la inflación.