El agónico golazo de Temperley frente a River en la Copa Argentina y el sueño premonitorio del arquero

Temperley hizo historia: avanzó a octavos de final de la Copa Argentina tras eliminar a River Plate en la tanda de penales. El equipo bonaerense empató el partido con un golazo de chilena de Fernando Martínez y se lo llevó desde los doce pasos con una destacada actuación del arquero Juan Rago, que tras convertirse en héroe reveló un premonitorio sueño que tuvo en donde se cumplía lo que pasó en el partido.

Al cumplirse los 90 minutos de juego, el equipo dirigido por el colombiano Wálter Perazzo estaba eliminado de la Copa, sin embargo, al minuto y medio de los cuatro agregados por el árbitro Sebastián Zunino llegó el agónico final en el que lo igualó.

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En esos últimos instantes, a Temperley no le pesó haber jugado el viernes en Salta, ni las 18 horas de viaje en colectivo hasta Mendoza, porque arrinconó e incomodó al equipo repleto de titulares de River, en el arco de Franco Armani hasta llegar al empate.

El tanto que puso tablas en el marcador surgió de un lateral a pocos metros del banderín del córner izquierdo. El lanzamiento fue directo al borde del área y recibido por Juan Pablo Segovia que alcanzo a cabecear y elevar el balón. Rápido de reflejos y peleando contra la marca de Leandro González Pirez y Agustín SantAnna, Fernando Martínez se liberó y ejecutó una pirueta fulminante que impactó la pelota contra el travesaño y se coló en el arco, ante la tardía reacción de Armani.

Ni en mis mejores sueños me imaginaba esto”, declaró Martínez. Le atribuyó el gol a la “fe” y a “Dios”. “El festejo es un desahogo de todo lo que vengo peleando hace bastante. En Gimnasia, en Central, jugué poco, fui a Uruguay, pero siempre buscando la manera de hacer esto que es lo que amo”, indicó.

En ese sentido, relató la jugada: “En la anterior se la quise dar a Tico y me cagó a puteadas. Me dijo que le pegue. Y en el lateral, vi que podían cabecear Luis y Juan, que son dos tanques, y cuando la vi arriba tiré la chilena o tijera. No vi cómo entró, solo salí a festejar”.

Más allá del agónico golazo, la épica se hubiera desteñido si no se superaban los penales. La instancia decisiva quedó en manos de Juan Rago. Atajó dos penales: a Ezequiel Barco -autor del único tanto de River- y a Héctor Martínez. Fue 5-4 para avanzar de ronda.

Finalizado el partido, Rago se tomó unos minutos para dialogar con la prensa y reveló una llamativa curiosidad sobre lo ocurrido: lo había soñado el día anterior. “Lo digo con toda la humildad. Les había dicho a mis compañeros que lo soñé, que íbamos a ir a penales y que iba a atajar dos. Se los prometí. La fuerza me la dio mi familia acá, en Bolívar, en Mar del Plata. Este premio es para ellos”, declaró.

LA NACION

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